Inseguridad en la Estación de Autobuses de València: Un Problema Enquistado

La Estación de Autobuses de València, ubicada en la Avenida Menéndez Pidal, se ha convertido en un foco de preocupación tanto para sus trabajadores como para los usuarios que transitan por ella. Lo que solía ser un importante nodo de acceso a la capital del Turia se ha transformado en un escenario de violencia y delincuencia cotidiana, según denuncian los vigilantes y comerciantes de la zona.

Un Clima de Tensión Constante

Los vigilantes de seguridad, quienes trabajan para una subcontrata de la empresa concesionaria Alsa, describen un ambiente de tensión permanente en la estación. “Antes había uno o dos robos al mes, pero este año los sufrimos a diario, a veces hasta tres en un mismo día”, comenta un vigilante con 16 años de experiencia en el lugar. La situación ha llegado a tal punto que la violencia es parte del día a día, con constantes peleas, hurtos, y robos con violencia.

Este incremento en la conflictividad ha generado miedo entre los trabajadores de la estación. Un solo vigilante por turno custodia el hall y las dársenas de la estación, una tarea que resulta insuficiente para hacer frente a la creciente ola de delitos. Los incidentes recientes, como el intento de agresión a un vigilante y la irrupción violenta de dos individuos, son solo algunos ejemplos de lo que sucede regularmente.

Falta de Personal y Necesidad de Mayor Presencia Policial

A pesar de que la estación de autobuses absorbe el tránsito de miles de pasajeros diariamente, la precariedad de sus instalaciones y la insuficiencia de personal de seguridad agravan el problema. Los vigilantes señalan la necesidad urgente de contar con al menos dos vigilantes por turno, además de una mayor presencia policial dentro de la estación.

En el pasado, una patrulla de la Brigada Móvil de la Policía Nacional se encargaba de la vigilancia de este punto crítico. Sin embargo, según los vigilantes, la presencia policial ha disminuido, lo que ha contribuido al deterioro de la situación. A pesar de que la Policía Nacional asegura que la estación está incluida en el plan “Verano Seguro”, con un refuerzo de agentes durante los meses de calor, la realidad para los trabajadores y usuarios parece ser muy distinta.

Un Problema que Afecta a Todo el Vecindario

El problema de inseguridad no se limita a la estación de autobuses, sino que también se extiende a los alrededores. Un triángulo de césped entre la estación y el centro comercial Nuevo Centro se ha convertido en un foco de conflictividad, donde se producen peleas constantes, generando preocupación entre los comerciantes del área.

Negocios cercanos, como farmacias, también han reportado situaciones de tensión, con jóvenes que frecuentemente solicitan medicamentos sin receta, en particular ansiolíticos y opiáceos como la pregabalina, un anticonvulsivo que ha causado una epidemia de muertes en el Reino Unido. Este ambiente de inseguridad ha generado un clima de miedo y una necesidad urgente de intervención por parte de las autoridades.

La Necesidad de Soluciones Urgentes

El aumento de la delincuencia y la violencia en la Estación de Autobuses de València es un reflejo de un problema mayor que afecta a la seguridad en la ciudad. La falta de personal de seguridad y la disminución de la presencia policial han permitido que la situación se deteriore, afectando no solo a los trabajadores y usuarios de la estación, sino también a los vecinos y comercios de la zona.

Es fundamental que se tomen medidas para reforzar la seguridad en este importante punto de acceso a la ciudad, garantizando la protección de todos los que transitan por la estación y sus alrededores. La situación actual es insostenible y requiere una intervención urgente para restaurar la seguridad y la tranquilidad en esta parte de València.