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lunes, 28 de octubre de 2024

La Herocracia en el Sistema de Evaluación de Competencias Profesionales: Una Realidad de Exclusión en la Seguridad Privada

En el mundo de la evaluación y asesoramiento de competencias profesionales, una paradoja dolorosa se presenta cada día: la “herocracia” del sistema. Este sistema, en teoría diseñada para valorar la experiencia y formación de los candidatos, termina siendo un coto cerrado, controlado y reservado solo para aquellos que pertenecen al círculo de funcionarios. El caso de la seguridad privada en la Comisión de Valencia es el ejemplo perfecto de este fenómeno.

Para aquellos profesionales que, con años de experiencia en el sector, buscan ser asesores y evaluadores de competencias, el camino pasa inevitablemente por la formación del CEFIRE, indispensable para cumplir con los requisitos. Pero una vez logrado este hito, los mismos que se forman en su área y dedican su vida a la seguridad privada se encuentran una traba que no tiene lógica profesional: el poder está en manos de una minoría, y las decisiones son tomadas sin un criterio técnico. que valore realmente la experiencia en el sector.

El sistema actual exige que tanto el presidente como el secretario de las comisiones sean funcionarios. Esto, en apariencia, no debería ser un problema. Sin embargo, en la práctica, son ellos quienes eligen a dedo a los evaluadores y asesores, en muchos casos excluyendo a profesionales externos que no pertenecen a la administración pública. Así, aunque un profesional cumpla todos los requisitos y cuente con la experiencia y formación necesarias, es rechazado en favor de personas sin experiencia en el ámbito específico que van a asesorar.

Imaginemos la ironía: en el campo de la seguridad privada, un sector con características y conocimientos muy específicos, el asesoramiento y la evaluación recaen en manos de policías autonómicos o locales, personas que nunca han ejercido en el ámbito privado. ¿Qué saben ellos del día a día de un vigilante de seguridad, de la legislación específica que regula el sector, o de los protocolos de seguridad en una empresa privada? La respuesta es evidente: poco o nada. A pesar de ello, son estos perfiles, sin experiencia directa, los que conforman la comisión y tienen el poder de decidir sobre las competencias de los vigilantes.

La exclusión de personas con verdadera experiencia es frustrante y, para muchos, insultante. En el caso de Valencia, un profesional con más de 22 años de experiencia, con formación especializada y con un currículo que supera con creces a muchos de los integrantes de la comisión, ha sido rechazado. La comisión, de este modo, queda conformada por personas que, si bien pueden tener buenas intenciones, no conocen la realidad del sector que están evaluando. Esto genera un problema no solo para los evaluadores capacitados, sino para los propios vigilantes de seguridad, que recibirán un asesoramiento sin valor práctico y sin una verdadera comprensión de sus necesidades y desafíos.

Esta herocracia que controla las comisiones es una barrera que impide que los profesionales del sector aporten su conocimiento y experiencia. En lugar de un sistema que valore el mérito, la experiencia y la formación, tenemos uno que se basa en la influencia, la posición en la administración y el poder de decisión sin justificación. Este es un problema que urge resolver, pues afecta directamente a la calidad de las evaluaciones y, en última instancia, a la profesionalización de sectores como la seguridad privada.

Es hora de que el sistema de evaluación de competencias profesionales evolucione y permita la entrada de expertos reales, aquellos que han vivido y trabajado en el sector que pretenden evaluar. La seguridad privada, como muchos otros sectores, necesita de asesores y evaluadores que hablen el mismo idioma, que comprendan las exigencias del trabajo y que puedan ofrecer una evaluación justa y fundamentada.





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