Era de madrugada. Su vida cambió en unos segundos. Desde aquel 26 de junio del 2016, A. G. M. necesita una silla de ruedas para ir por la calle y un caminador para moverse por su vivienda.
Son dos de las limitaciones que sufre desde que minutos antes de las 5.30 horas de aquel día tres individuos le propinaran una brutal paliza en el interior de un metro, entre las estaciones de Bogatell y el Besòs de la línea 4 de Barcelona.
La fiscalía no solo solicita 12 años de cárcel para los tres presuntos agresores y el pago de una indemnización de más de un millón de euros, sino que recrimina a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), que figura como responsable civil subsidiaria, la falta de vigilantes de seguridad.
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