Condenan a un vigilante de seguridad por espiar a un compañero en Soria
Soria, 18 de septiembre de 2025. La Audiencia Provincial de Soria ha confirmado la sentencia que condena a un vigilante de seguridad de la empresa Garda Servicios de Seguridad a un año de prisión y doce meses de multa (4.380 €) por un delito de descubrimiento y revelación de secretos, tras ser sorprendido grabando sin permiso las conversaciones de un compañero de trabajo.
Grabación ilegal en el centro penitenciario
El tribunal considera probado que el acusado colocó una grabadora oculta en el bolsillo de su chaqueta, dejada en el control de cámaras del Centro Penitenciario de Soria, con la intención de registrar conversaciones privadas. El dispositivo fue hallado de forma accidental por agentes de la Policía Nacional, lo que dio lugar a la denuncia.
Indemnización y responsabilidad subsidiaria
La sentencia también impone al condenado la prohibición de acercarse al perjudicado durante dos años y establece una indemnización de 21.166,22 € por daños psicológicos. Esta cantidad deberá abonarla Garda como responsable civil subsidiario.
Según el informe forense, la víctima sufrió un trastorno adaptativo con ansiedad, que le ocasionó 239 días de perjuicio moderado y 25 días de perjuicio básico.
Reacción sindical
El caso fue denunciado por los servicios jurídicos del sindicato Alternativa Sindical de Trabajadores de Seguridad Privada (ASTSP), que ejerció la acusación particular. Desde la organización sindical han criticado la actitud de la empresa Garda, acusándola de ponerse del lado del condenado y no de la víctima:
«Esta condena confirma todos los hechos denunciados y le recuerda a la empresa Garda que ante una violación de derechos tan importante no puede negarlos con el argumento de que eran bulos, como hizo en este caso, en el que se puso de parte del condenado y no de la víctima».
Según el sindicato, responsables territoriales de Garda se desplazaron a Soria para hablar con la plantilla y, lejos de pedir disculpas, «mostraron su apoyo al acusado, al que no dudaron en dar palmadas en la espalda y estrechar la mano».
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