28-6-1991
El mercado de la Seguridad Privada empezó a mediados de los años 70 y, actualmente, se
caracteriza principalmente por su gran atomización
y por el fuerte crecimiento que han experimentado las áreas de Vigilancia y Sistemas Electrónicos de Seguridad.
El estado del mercado de la seguridad en España goza actualmente de gran salud y presenta,asimismo, un horizonte con importantes expectativas de negocio. El sector en general ha venido experimentando un crecimiento medio anual de aproximadamente un
20 %. En el ejercicio de 1990 el volumen total de facturación superó los
150.000 millones de pesetas, dando
empleo a más de 60.000 personas.
Sin lugar a dudas, la seguridad pisa
firme y se ha convertido ya en una
importante actividad económica en
España.
Este joven mercado, de apenas
dos décadas de vida, se caracteriza
fundamentalmente por su gran atomización y por el fuerte crecimiento
que han experimentado las áreas de
Vigilancia y Sistemas Electrónicos
de Seguridad. Según datos de la
Asociación de Empresas de Seguridad (AES), son 1.880 las empresas
de seguridad homologadas en nuestro país, de las que trabajan regularmente 1.400. Sin embargo, este importante número de empresas queda reducido a tres (Esabe, Prosesa y
Prosegur) en cuanto a importancia
en volumen de facturación, puesto
que estas empresas acaparan tres
cuartas partes del volumen del sector.
La gran atomización que presenta esta actividad responde a la gran
demanda procedente de otros sectores industriales y sociales con amplias y diversificadas necesidades.
Así, la seguridad se presenta como
uno de los campos más variados, y
el hecho de que sean pocas las empresas que realmente lideran el mercado llevará a una inevitable concentración. Las principales contrariedades las padecen hoy aquellas
empresas modestas que tienen que
desarrollarse en poco tiempo y sin
pausa para poder seguir trabajando
para sus clientes. Ante esta situación, la estabilidad y el futuro de la
seguridad están obligadamente precedidos por una necesaria especialización. Los expertos del sector aseguran que la especialización en productos específicos y competitivos
asegurarán un correcto desarrollo
del negocio, así como una mayor calidad de servicios, imprescindible
ante el reto del Mercado Único europeo.
SECTORES
Vigilancia, Transporte de Fondos
y Sistemas Electrónicos de Seguridad son los sectores que conforman
una seguridad en constante expansión. El área de la Vigilancia jurada
es la actividad vertebral pues ella
sola realizó en el último ejercicio
una facturación de 100.000 millones de pesetas aproximadamente.
Este submercado es también el que
cuenta con mayor número de trabajadores, existiendo actualmente en
España una cifra de vigilantes jurados en actividad superior a los
46.000. La situación actual de este
sector responde a un crecimiento espectacular en sus primeros años,
mediados de los 70, superando todo
tipo de expectativas y fruto de una
fuerte demanda. Definitivamente,
a partir de 1984 y con un crecimiento interanual en torno al 25 %, el
ámbito de la vigilancia se asienta
completamente y se consolida como
una más de las necesidades sociales
existentes en nuestro país. En la actualidad existen más de 600 empresas que se dedican a prestar servicios de vigilancia, aunque son las
veinte más importantes las que
mueven el 80 % de la actividad total.
En cuanto a Transportes de Fondos, la demanda de servicios se
mantiene prácticamente constante
a lo largo de los últimos años, una
actividad marcada en función de
sus consumidores reales, los bancos
y las cajas de ahorro. Operan en este
campo de acción alrededor de veinte empresas con cerca de 1.000 vehículos, facturando en el pasado
ejercicio 18.000 millones de pesetas, servicios de valija y mensajería
aparte. Este subsector da empleo a
más de 4.000 empleados. Conjuntamente con el habitual y diario
Transporte y Manipulado de Fondos, se van desarrollando nuevos
servicios creados por esta estable
demanda, pasando del ensobrado y
pago de nóminas al manipulado,
microfilmación y transporte de moneda extranjera, así como el tratamiento de los cada vez más usuales
cajeros automáticos.
La tercera área que constituye el
mercado de la seguridad correspon-
. de a los Sistemas Electrónicos, configurada a su vez por aproximadamente 1.000 empresas que operan
en los distintos servicios de Ingeniería, Instalación y Central de Alarmas. Aquí también la atomización
es protagonista ya que las cincuenta
primeras empresas facturan más del
60 %o del negocio, con 42.000 millones de pesetas de volumen realizadas en el último ejercicio. Asimismo, este campo absorbe a unos
6.500 empleados. Este sector del negocio tiene una actividad importante con el mantenimiento preventivo, cuyos principales clientes son
los bancos y las cajas de ahorro, que
tienen la obligatoriedad de revisar y
mantener sus instalaciones. Hay
que destacar, igualmente, el gran incremento de la demanda de Servicios de Vigilancia Electrónica a través de las Centrales Privadas de Recepción de Alarmas, conectada
: directamente con las Fuerzas de Seguridad estatales, bomberos, etc.,
canalizando las distintas emergen-
. cias o alarmas que se vayan produciendo. Seguramente, este mercado
de Sistemas Electrónicos de Seguridad, y principalmente el área de
I Centrales Privadas de Recepción de
Alarmas, es el campo que mayor futuro presenta, con un incremento
del negocio de alrededor de un 20 %
anual.
REGLAMENTACIÓN
La situación actual en materia de
legislación y reglamentación de este
joven mercado de la seguridad general parece algo estancada. Desde
hace algunos años viene hablándose
del definitivo proyecto de ley que
unifique y complemente las actuales lagunas que existen en cuanto a
una normalización legal del sector.
Las reuniones de trabajo que han
habido ya entre representantes del
Ministerio del Interior, los sindicatos y las empresas parecen no haber
sido suficientes para que la Administración se decida a presentar ese
Libro Blanco de la Seguridad, que
determine no sólo el funcionamiento actual de las empresas y las reglas
de juego para el futuro del sector,
sino también que simplifique la evidente maraña burocrática que hoy
impera, además de perfilar la estrategia a seguir ante la entrada en vigor del Acta Única.
A pesar de esta falta de decisión
que venía observándose, parece que
el Ministerio del Interior tiene previsto enviar próximamente al Gobierno el proyecto de la nueva Ley
de Seguridad Privada, del que se espera que resuelva y regule definitivamente algunas actividades no reconocidas actualmente, como los
servicios de escoltas o los vigilantes
sin armas. Asimismo, las cifras sobre capital social que se barajan ascienden a 25 millones de pesetas
para las empresas que actúen a nivel;
provincial, mientras que las que
tengan un carácter supraprovincial
la cifra llegará a los 100 millones.
DULCE HOGAR, SEGURO
Ante la proximidad de las vacaciones estivales llegan, como cada
año, los temores por los bienes que
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La vigilancia ha experimentado una gran expansión
se dejan en la ciudad durante algunas semanas o, con suerte, incluso
un mes entero. Sin embargo, algunos estudios demuestran que en España se invierte poco en la protección de los propios domicilios. Hoy
por hoy, existen los productos necesarios para que ese temor desaparezca por completo y se convierta en
seguridad.
El mercado de los sistemas de seguridad vivió su mejor época a principios de los ochenta, con un crecimiento espectacular causado por los
altos índices de inseguridad ciudadana que por entonces existían. El
efecto psicológico del temor llevó a
una auténtica fiebre en la instalación de puertas blindadas o alarmas
de seguridad. Actualmente, el mercado parece haberse estabilizado y
las empresas del sector viven fundamentalmente de la reposición de los
materiales instalados en la pasada década. :
Hoy, un equipo mínimo para un piso cuesta alrededor de 200.000 pesetas, un equipo de seguridad
consistente en una puerta blindada, una alarma conectada a una central receptora a través de un transmisor y protecciones para las ventanas. La tendencia es a combinar las barreras físicas (cerraduras de seguridad, rejas, etc.) con los sistemas electrónicos. El primer tipo de prevención se utiliza como medida disuasoria y el segundo sistema como detector en la retaguardia, ante la posibilidad de que inesperados visitantes burlen los primeros obstáculos.
Los sistemas de seguridad tienen aplicaciones también para detectar
un escape de gas, una inundación o un incendio. Asimismo, a parte de los métodos protectores de la vivienda, empiezan a utilizarse sistemas que prolongan esa protección a los accesos, gracias principalmente a los videoporteros. Así, son muchos los mecanismos existentes en el mercado de la Seguridad para poder irnos tranquilos de vacaciones.
De todas formas, también resulta efectivo dejar pistas falsas antes de iniciar el retiro vacacional. Dejar la ropa colgada en el tendedero, instalar un programador en la radio o televisor que los pongan en funcionamiento de vez en cuando, o hasta encargar a algún vecino que recoja las cartas del buzón para que no se acumulen, son medidas que pueden resultar tan preventivas y disuasorias como la caja fuerte más gruesa y pesada que pueda existir. El objetivo es siempre volver de vacaciones y encontrar el hogar, dulce hogar, intacto, gracias a su seguridad o a la prevención de sus auténticos y permanentes inquilinos.
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